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Así vivimos la segunda edición del Warm Up Festival

Este pasado fin de semana vivimos una nueva edición del Warm Up Festival en Murcia, marcada por la calidad de los grupos que actuaron en el recinto de La Fica. Con el Sold Out en abonos días antes del evento, el festival planteaba la duda de cómo funcionaría la organización ante tanta gente, unas 26.000 por noche.

VIERNES

Llegamos al recinto a las 19:00 de la tarde justo a tiempo para llegar a ver a Nunatak. Cada vez tienen más público y es que consiguen conectar con el público de una manera increíble. Nunatak fue encendiendo el ambiente, tocando un adelanto de su próximo álbum y finalizar su actuación con Romper el Cielo donde nadie se quedó quieto.

El público ya estaba metido en materia y Carlos Sadness y su ukelele acabaron de animar el final de la tarde. Feliz por estar en Murcia y actuando en un festival cantó temas de su nuevo disco y algunos de sus éxitos de siempre que hicieron que el público se entregara cantando y bailando hasta que se puso el sol. Bikini, Que Electricidad, Te quiero un Poco y Amor Papaya fueron algunos de los temas más aclamados por toda la gente que estábamos allí.

Y con la noche recién estrenada pudimos ver a Nada Surf celebrando 15 años de Let Go, uno de sus álbumes más significativos. Encantados de estar de nuevo en nuestro país, Matthew Caws chapurreaba en castellano para demostrar su cariño a su público español mientras que Daniel Lorca comentaba lo bueno de las costumbres españolas dedicándonos un “sois la hostia” que consiguió una ovación del numeroso público que había en el escenario Thunder Bitch.

De rock de Nada Surf pasamos a la Casa de Iván Ferreiro, que demostró que la experiencia es un grado y que encima del escenario él tiene mucha. Fue un concierto en ocasiones muy íntimo, lleno de himnos de toda su carrera, incluido Años 80 de la época de Piratas, que hizo que el público del escenario Estrella Levante cantara a pleno pulmón. Turnedo, El equilibrio es imposible, El pensamiento circular, prácticamente todas sus canciones más populares sonaron en aquel escenario, donde algunas empezaban en un delicado acústico y terminaban en una explosión de sonidos gracias a la banda que le acompañaba.

Al finalizar fuimos corriendo al escenario DFRANKLIN, donde actuaban grupos emergentes y que prometían muchísimo pero que, en mi opinión, se vieron eclipsados por las actuaciones principales y no tuvieron toda la visibilidad que deberían. Era imposible verlo todo y la mayoría de ocasiones estos grupos salieron perdiendo frente a las actuaciones de los escenarios principales.

Lebowsky, Joana Serrat, Poolshake o The Octopus Project fueron algunos de los grupos que pasaron por el tercer escenario, que en ocasiones no pudimos ver. Si pudimos estar en La Plata que, a pesar de coincidir un rato con Sidonie, consiguió reunir bastante público. Sin duda un grupo con muchísima proyección y que esperamos ver en escenario principal en breve ya que el concierto se nos hizo cortísimo.

Sidonie nunca falla, en directo son alegría y energía, se nota que disfrutan y nosotros disfrutamos viéndolos, por ello llevan ya 20 años en los escenarios y lo mejor, queda claro que queda Sidonie para rato. Fue genial escuchar un repaso de las canciones más importantes, que ya son himnos para muchos de los que estábamos allí escuchándolos.

Para el final de Sidonie empezamos a acercarnos para ir cogiendo sitio en el escenario Estrella Levante donde llegaba el plato fuerte de la noche, la gente tenía ganas de Kasabian y se fue acumulando en las primeras filas. Cuando llegó la hora del concierto no cabía un alfiler en el escenario principal, lo que hizo que en ocasiones fuera un poco agobiante.

Kasabian sabían que no tenían mucho tiempo, poco más de una hora de concierto es poco para un grupo como ellos, así que no se andaron con rodeos, salieron dispuestos  a darlo todo para el disfrute de todos los que estábamos allí. Tom Meighan se dejó la piel en ese escenario, Sergio Pizzorno trasmitió una energía que llegó al público transformando su concierto en una gran fiesta interpretando muchas de sus canciones más conocidas. Vlad the Impaler hizo que el público dejara de tocar el suelo, God Bless this acid House, You’re in love with a Psycho, Club foot, Underdog, III Ray (The King), Fire, Comeback Kid, incluso una versión de Praise de Fatboy Slim sonó en aquel escenario para iniciar L.S.F., haciendo que no nos diéramos cuenta ni de la lluvia que empezaba a caer sobre todos nosotros.

El Columpio Asesino tomó un relevo difícil después de lo que todos acabábamos de vivir, y tras ver el final de The Octopus Project, llega mos a tiempo de oír Ballenas Muertas en San Sebastián y poder bailar con Toro.

The Bloody Beetrots empezaba cerca de las 3 de la madrugada uniendo electrónica con sonidos rock, consiguiendo llenar la pista del escenario principal, mientras en el escenario DFRANKLIN Esteban & Manuel hicieron que el público se moviera al ritmo de la música latina a los que les siguió MS Nina y su “perreo”.

Una hora después de estar pegando botes con The Bloody Beetrots, Chk Chk Chk tomó el testigo del Thunder Bitch. Su música bailable, junto con su energía y carisma, hacen que sus conciertos sean una fiesta asegurada.

ELYELLA fueron el colofón final perfecto para una noche de festival, confeti, globos y temas populares de la música alternativa, I Can Talk, Green Light, Mira cómo vuelo, Chinches y Violins de I’m from Barcelona en la que contaron con la colaboración de un coro de góspel. Todo un espectáculo para toda la gente que aguanto hasta el último minuto para verlos, que fuimos muchos.

SÁBADO

Entramos al recinto sobre las 19:30 de la tarde, y pese a que había mucha gente concentrada en la puerta, no tardamos más de cinco minutos en pasar la cola de entrada, y nos fuimos directos a ver The Yellow Melodies, grupo que nos sorprendió gratamente. La banda de Murcia presento su último disco Life en el escenario DFRANKLIN.

Shinova y Cooper ya han pasado por los escenarios principales y ahora le toca a Neuman en el Thunder Bitch. Es la noche de las bandas murcianas. Tocando en casa, en uno de los escenarios principales, Paco Román y los suyos interpretaron temas de su último disco Crashpad y sus aclamados Bye Fear Hi Love y Turn it.

Y llegó la vuelta de Izal a los escenarios presentando su nuevo álbum Autoterapia. Algo que no se puede negar es que Izal mueve masas en los festivales, el público llenaba la pista hasta donde no alcanzaba la vista. “Así da gusto volver a trabajar”, se alegraba Mikel Izal. Iniciaron la actuación con un nuevo fondo y juego de luces y temas de su nuevo disco que dieron paso a algunas de sus canciones más populares de Magia y Efectos especiales, Copacabana y Agujeros de gusano. Se nota que el público no puede dejar de emocionarse notablemente más con los temas más populares de sus discos anteriores, la gente se vino arriba con temas como Magia y Efectos especiales, Que Bien o La mujer de Verde, algunos de ellos con nuevos matices.

El escenario Estrella Levante se llenó de luces cerca de la medianoche para acoger a los cabezas de cartel Alt-J. La mezcla de rock, música electrónica y psicodelia inundó La Fica e hipnotizó al público. Tienen un directo tan detallista y elegante que te atrapan en su atmósfera del principio al fin de su presentación, una de las mejores actuaciones de la noche.

Les siguió Viva Suecia que, jugando en casa, se marcaron un conciertazo en toda regla. Emocionadísimos de ver tantísimo público acompañándoles, conscientes del crecimiento de este grupo que por fin ocupa uno de los escenarios principales. Haciéndonos disfrutar con su música y acabando con una lluvia de confeti mientras todos coreábamos Bien por Ti y Hemos Ganado tiempo.

Viva Suecia dió paso a la electrónica y al juego visual de luces del francés Vitalic, quien nos hizo bailar con canciones de sus primeros álbumes, que conocemos bien los que le seguimos desde hace tiempo, hasta canciones de su ultimo álbum, acabando con una de sus canciones mas conocidas. My Friend Dario sonaba en el escenario principal y nadie se quedaba quieto en la pista.

Mientas bailábamos al ritmo de Viva Suecia y Vitalic, Dûrga y Biznaga habían pasado por el DFRANKLIN y le tocaba a Joe Crepúsculo que, acompañado de Aaron Rux, nos ofreció una muestra de su mezcla de estilos para hacernos bailar hasta dar paso a Mueveloreina para el cierre del escenario. Mientras en el escenario Thunder Bitch estaba Yelle, enfundada en un mono rosa brillante ofreciéndonos su Yelle Club Party, un repaso a sus mayores éxitos.

Para finalizar la noche y el festival, cerrando el escenario principal viamos a DJCOCO, quién nos dejó enganchados al suelo bailando hasta el momento final con sus mixes de canciones que conocemos muy bien los nacidos en los 80 y actuales.

Como conclusión, la edición de este año del Warm Up me deja muy buen sabor de boca, pese a no poder ver todo en todo momento, lo cual es imposible en cualquier festival, pero en este me sabía un poco peor por la calidad del cartel. Está claro que han dado con la formula ganadora con su cartel, potentes cabezas de cartel, buenos grupos emergentes y grupos de los de siempre, que aunque los hayamos visto una y mil veces no nos cansamos de disfrutar en festivales para poder seguir coreando sus canciones una y otra vez. La organización muy bien, con la cantidad de gente que había no hemos sufrido grandes colas en ningún momento si te separabas un poco del foco de gente.

Por poner alguna pega diré que el escenario Warm Up Dancefloor, pese a tener muy buen cartel de DJ, es un espacio que se quedaba a medio camino. También el espacio de restauración, que daba la sensación de estar desordenado y, como en todos los demás, el precio de la bebida y comida sigue siendo desorbitado en los festivales. Por lo demás, perfecto.

Me quedo con mi depresión post Warm Up hasta el año que viene.

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