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Así fue la primera edición del Tibidabo live festival

Foto: Christian Bertrand.

 

Viernes 4: Frío comienzo para un festival que se intuía cálido

El viernes 4 de septiembre el día se levantaba nublado en Barcelona. Todo pronosticaba que el otoño se antojaba dejarse ver antes de su llegada oficial, lo cual significaba, además, lo peor para dar inicio a una primera edición del Tibidabo Live Festival que nace como hermano ‘pequeño’ del Kutxa Kultur que, desde hace años, también lleva celebrándose en otro parque de atracciones de la geografía de nuestro país, el del Monte Igeldo de San Sebastián.
Subiendo la montaña ‘mágica’ nos adentramos en la más espesa niebla que dejaba, apenas, intuir el Cristo de la iglesia que viste la cima de la montaña. Niebla y lluvia, fueron las causantes de la cancelación del concierto de Rafael Berrio lo que, entendemos que con parte de razón, muchos de los asistentes, que por cierto habían pagado una no barata entrada, se quejasen de la poca previsión y/u organización, puesto que los escenarios estaban poco preparados, o casi nada, para un posible imprevisto meteorológico como el que tuvo lugar ese día.
Otros muchos pasaron por alto este detalle y decidieron ir a quitarse las penas a las atracciones del parque. Y es que es poco probable pasarlo mal en un parque de atracciones o tener pesadillas, como dicen Los Planetas. Así que, mientras amainaba el temporal, algunos se montaban en la noria, otros en el tiovivo, muchos dejaban salir al niño/a que llevaban dentro en los autos de choque e incluso los más atrevidos entraban a pasarlo bien/mal en el ‘Hotel Kruger’.
Demasiados inputs para quien os escribe que se despista con una mosca y que prefiere, llamadme tiquismiquis, pocos adornos más que la música para gozar al máximo de un festival. Pero eso ya va al gusto de cada uno. Quizá la principal ‘atracción’ de este nuevo festival sea ‘precisamente’ el estar en un parque de atracciones. Que, no os lo niego, es bien bonito.
Pero lo importante de verdad son las bandas, no lo olvidemos y nosotros, en Crazymindsweb ponemos, en este caso, el acento en el dueto (chico a la batería, chica a la guitarra y ‘sintes’) de los Países Bajos Black Box Red que tienen un sonido de lo más interesante a lo White Stripes y que son de lo más eléctricos. BBR dieron una buena muestra de lo que contiene su EP Beak to Beak: ENERGÍA a la máxima potencia.
Dos también eran los que les siguieron en el escenario ‘Parque’: Niña Coyote eta Chico Tornado que, de fórmula similar pero desde casa, concretamente desde San Sebastián dieron buena muestra del porqué de su éxito que ha hecho que su primer disco homónimo fuera apoyado desde su plataforma de crowfunding. Contundencia y sonido oscuro fueron la antesala de los cabezas de cartel a quienes todos esperábamos en el escenario ‘Plaça dels somnis’: YO LA TENGO. El trío de Hoboquen (USA), con un disco de rarezas recién salido del horno, se antepone a cualquier situación y sería capaz de tocar ante viento o marea, que su sonido sonaría igual de bien y sus distorsiones de guitarras seguirían siendo bellísimas. Así pues y ante poco más de trescientas personas que se congregaron para verles, una vista panorámica de Barcelona y rodeados por las luces acogedoras de la noria y el tiovivo YLT pasearon éxitos como From a Motel 6, Stockholm Syndrome (que fue más de Stendall Syndrome por su belleza) The Hatchet, Darlene McCrea, My Heart’s Not In It y una deliciosa Big day coming…’I can hardly wait’ que nos acunaba hasta la cama y que pronosticaba, en parte, que la segunda jornada de festival iba a ser bastante mejor que la primera en cuanto a meteorología se trataba.

Sábado 5: El Big day coming, llegó

El sábado 5 amaneció soleado, por fin. Ya no teníamos que temer por la lluvia y el miedo a posibles cancelaciones de conciertos en la segunda jornada del Tibidabo Live Festival. Suspiro de alivio.
Para los que no fueron el día anterior, mismas sensaciones al pisar un parque de atracciones.
Y música, mucha y buena en los escenarios del festival preparados para la jornada del sábado. A destacar Belako y Ocellot.
Cuando les vimos abrir/telonear a uno de nuestros suecos favoritos (Shout Out Louds) en la sala Apolo de Barcelona hace ya un par de años, algo nos dijo que, estos jovenzuelos, llegarían lejos. Así ha sido. Nuestros poderes de vidente no nos han fallado esta vez, igual es hora de montar un consultorio o crear la sección ‘horóscopos’ en nuestra querida web. Y es que la joven banda vizcaína Belako no ha parado de tocar en festivales este verano presentando su primer disco Eurie donde dan un golpe sobre la mesa para decir ‘aquí estamos nosotros’. Carácter, energía y presencia no les falta a estos chicos que suenan a punk-rock retro futurista de reminiscencias a The Cure o Joy Division.
Ocellot también han protagonizado una carrera meteórica y han pasado por múltiples festivales este verano. Les volveremos a ver pronto en las fiestas de su ciudad. El BAM es su próxima cita, por si os apetece escucharles y verles, si todavía no lo habéis hecho o queréis repetir. Los catalanes, con dos discos en su haber cargados de bits y psicodelia, fueron los encargados de dar paso a los cabezas de cartel del sábado en el Tibidabo Live Festival, los escoceses Mogwai quienes demostraron porqué llevan ya veinte años de conciertos y carretera sobre sus hombros e instrumentos. De nuevo una lección de maestría y magia en la ‘Plaça dels somnis’ (la de los sueños). Post rock de cum laude y atmosferas envolventes en forma de canciones como Summer, Tracy o Teenage Exorcists. Doce temas en algo más de una hora y que repasaron su excelente carrera.
Una forma de dejar bien alto el pabellón de una primera edición de un festival que demostró muy buenas intenciones y que ahora debe analizar y aprender de sus errores para crecer. Porque eso es lo que esperamos que haga, crecer y cumplir años ante la mirada amable de la atalaya, la noria o el carrousel de la montaña mágica del Tibidabo de Barcelona.

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