InicioConciertos - ArchivoÁngel Stanich: Crónica del último concierto del año en Donostia

Ángel Stanich: Crónica del último concierto del año en Donostia

Lugar: Sala Dabadaba de Donostia

Fecha: Viernes 29 de diciembre del 2017

Sold Out

No dudamos en terminar el año por todo lo alto, con uno de los artistas más carismáticos y que cuenta con uno de los mejores discos nacionales para la mayoría de medios especializados del país, incluida esta humilde web.

Nordika Producciones nos traía un año más a Ángel Stanich a Donosti, y ésta era una de las mejores maneras de terminar un año lleno de grandes directos.

Pero os hago una pequeña introducción; seguro que alguna vez os habéis despertado con dolor de cabeza, pinchazos por la zona cervical, hombros y piernas y sentís que una enorme losa os impide levantaros de la cama. No, no estáis de resaca, es más, sospecháis con gran acierto que estáis febriles. Ese día, llamáis al trabajo y decís que estáis tan mal que no podréis ir porque habéis caído en las garras de la tan temida y contagiosa gripe.

Ángel Stanich, nuestro mesías de la República Independiente de Antigua y Barbuda, también afectado por el dichoso virus, nos confesó, dudaba si podría salir a tocar en Donosti (recordad, nosotros en ese mismo estado en seguida desistimos de ir al trabajo) pero un Sold Out es un gran antídoto anti gripal, bueno y el rock es otro aún más poderoso, así que no dudó en salir al escenario y ofrecernos un directo épico.

La actitud de este gran señor es impresionante, pues si no nos llega a decir que viene bastante enfermo (ya en el cuarto tema), no lo hubiésemos imaginado, es más, en todo momento se dirigía a nosotros con gran humor y sin dejar de esbozar una sonrisa. Esto nos demuestra que estamos ante un músico de los pies a la cabeza, porque a pesar de hacer más parones de lo habitual entre canción y canción para beber agua y recuperarse un poco, su voz no mostraba ni un ápice de flaqueza. Es cierto que en varios momentos a lo largo del concierto utilizó el viejo recurso de hacer que cante el público, como en Escupe Fuego, Carbura, Señor Tosco o Metralleta Joe, pero como lo hace con ese carisma y con esa sonrisa, respondemos encantados a la invitación.

 

Tan sólo 5 minutos pasaban de las 22:00h, hora de inicio del concierto, cuando salió Ángel Stanich con su banda al completo a presentarnos íntegro su segundo  e impresionante trabajo Antigua y BarbudaCosecha, Escupe Fuego, y Más Se Perdió en Cuba se suceden casi sin descanso a modo de calentamiento al particular imaginario de este genio.

En Un Día Épico, la historia psiconaútica que nos cuenta, parece eliminar al virus de la gripe del cuerpo de Ángel en forma de las primeras gotas de sudor, y por fin le vemos saltar y bailar, y nos perdemos en los hipnóticos movimientos de su melena.

 

A partir de este momento es cuando empezamos a gozar, porque vemos a una banda en plena forma, con un sonido y unas armonías vocales muy cuidadas. Se notan los kilómetros que llevan a las espaldas, así como el olor a asfalto, hechos que como resultado dan unos directos muy finos, aunque nada de esto es fruto del azar, dado que la banda que acompaña a Ángel Stanich, que nos presenta  hacia la mitad del bolo en la magnífica canción Galicia Calidade, está formada por unos músicos de primera. Cuenta con Álex Izquierdo al bajo, el gran Lete G.Moreno que tuvo momentos épicos a la batería y con la gran destreza de Jave Ryjlen a los teclados, pero sobre todo, hay que destacar a Víctor L. Pescador, uno de los mejores guitarristas del panorama patrio musical, al que da gusto ver acariciar las cuerdas de sus guitarras eléctricas, de las que salen unos riffs imposibles aparentemente sin esfuerzo alguno. Qué maravilla. Pero es maravilloso porque vemos a unos músicos que disfrutan con lo que hacen, y eso es primordial. Así nos lo demostraron en un flash back hacia el Camino Ácido, donde, precisamente hacia el final de la canción que da nombre al primer larga duración de la banda, y que alargaron instrumentalmente un par de minutos, nos dieron una clase magistral de rock, con master class de guitarra y batería, terminando todos en torno a este último.

 

Y si el rock es el mejor antídoto para todo lo malo, añadir un pildorazo de tecno con ayuda de unos sintes, hace que nos vengamos muy arriba, como ocurrió con Ángel y con todo el público al son de la divertidísima Hula Hula.

«Cada vez me estoy sintiendo mejor, y todo es gracias a vosotros» nos dice nuestro líder de Antigua y Barbuda, por ello nos pide que por favor disfrutemos de lo que queda, y vaya si lo hacemos. Lo hacemos por todo lo que estamos recibiendo de estos pedazo de músicos, porque la entrega es total, y la actitud es de chapeau.

 

Como es de esperar la artillería pesada la dejan para los bises, como la traca final en los fuegos artificiales, no sin antes terminar el viaje lisérgico de este discazo pedaleando sobre las dos ruedas del Le Tour ´95 hacia algún lugar utópico, por senderos del camino ácido, en el que encontrar un nuevo amor o algo que nos ayude a estar más vivos.  Aunque antes de dejar el escenario para regresar con las guitarras más afiladas aún si cabe, nos recordó la casposa actualidad en la que vivimos de la mano de Señor Tosco. Mientras la escucho no puedo dejar de pensar que este país necesita más gente como Ángel Stanich Martí Perarnau (líder de Mucho). Otro gallo nos cantaría.

La traca final llegó con Carbura a modo de calentamiento para un final épico. Metralleta Joe puso a todo el mundo a saltar, y sin tiempo para recuperar el aliento, tal y como hiciera hace unos meses en el Irún Rock, dieron paso al nuevo himno de cierre de los conciertos, a la grandísima Mátame Camión, con baño de masas por toda la sala Dabadaba, saltos, salpicaduras de sudor, baile y éxtasis de nuestro mesías, que como tal acabó sobre sus compañeros costaleros, tumbado con los brazos en cruz.

 

Pero aún queda por quemar un último cartucho de la traca, y es que a pesar de haber dejado los instrumentos, los aplausos, silvidos, el baile y la despedida, van a durar unos minutos más mientras suena uno de mis temas favoritos del 2017, Rattlesnake de King Gizzard & The Lizard Wizard. Impresionante.

 

De verdad, al 2018 recién estrenado le pedimos más conciertos como el que vivimos el pasado viernes 29 de diciembre. Y no queremos que nos des entrevistas, Ángel, sólo queremos seguir disfrutando de tu música, de tu gran hacer, de tu genialidad, de tu carisma y de tu simpatía. Gracias.

Sara Pérez.

Fotos: Richard Curiel

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