Con el recinto abarrotado, el concierto empezó más tarde de lo esperado, aunque esa espera mereció la pena. Humanos vs Máquinas daba la entrada con esos violines de fondo y transportándonos a una atmósfera futurista para dar paso a Discordia, ambos del último disco. Cuando el estribillo rompe: dame paz en la discordia, en la discordia .. confetti por los aires y a empezar fuerte la noche.
Ya con ese comienzo se auguraba que no pararíamos de bailar y así fue. El caso es que no faltó de nada, ni cuando Joni, guitarra en mano, cantaba Me falta algo haciéndonos partícipes de su mundo personal. Después, momento dulce y romántico con Tú seguido de más baile, desgranando más temas de Algarabía.
Amatria tiene influencias muy diversas, incluyendo ritmos latinos, lo cual se aprecia en Siempre que quiera o en Encaja, con esos toques rumberos y que en directo suenan muy divertidos. Mientras, el público estaba entregado y con la tarea hecha con las nuevas canciones, y participó de lo lindo dejándose la garganta, provocando la sonrisa perenne de Joni.
Y ya con la noche avanzada empiezan las sorpresas con varios invitados especiales como Varry Brava (con quienes interpretó Hace falta un poco de fe), y Delaporte, que no dejaron de botar y saltar durante los tres minutos y pico que duraba ese Alud (tema en el que ya habían colaborado y cuyo vídeo ha salido recientemente).
Y llegando al final nos terminamos de volver locos con Animal, el que me atrevería a decir que es el tema más emblemático de este último trabajo. Con mucha interacción entre el grupo y el público, que aumentó si cabe con la llegada de las Chinches, indispensables en su repertorio. Aún nos esperaba una sorpresa que llegó al final con Encaja, cuando la propia madre del cantante saltó al escenario.
En resumen, ha sido una fiesta de principio a fin, con momentos muy divertidos. Es la primera vez que he podido disfrutar a Amatria en directo y esa empatía que tiene con el público, llegando a bajar a la pista a bailar con ellos, me ha conquistado.
