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Todos somos Dale Cooper: El sueño de la vuelta de Twin Peaks se vuelve real

«I’ll see you in 25 years, meanwhile…» dijo Laura Palmer al apuesto Agente Dale Cooper.

Han pasado los 25 años, hay quiénes incluso celebraban en la más absoluto silencio el cumpleaños de la joven Laura cada 25 de marzo. Ahora, parece que vuelven para quedarse con nosotros aunque como comentamos ayer, el regreso a la pequeña pantalla será en el 2016.

Es llamativo el éxito de esta serie es paradójico ya que sólo tuvo dos temporadas e incluso la segunda tambaleaba en la parrilla televisiva cuando Lynch decide centrarse en el cine y deja el guión de la serie a diferentes directores como Lesli Linka Glatter o Todd Holland. Pero con cualquier persona que hables, conoce Twin Peaks aunque sea como algo que tuvo su hueco en el pasado.

¿Cuáles son los ingredientes de éxito de Twin Peaks? Podríamos acogernos a diversos argumentos pero desde luego uno de los que más pesan es la persona que lo ha dirigido: David Lynch.

El mundo complejo y artormentado donde nos mete David Lynch en cada película que produce es digno de tesis y es que el perfil psicológico de cada personaje bien merece un documento aparte y hace lo mismo en la serie a través de personalidades perturbadas además de escenarios surrealistas como la sala de espera, con los colores recurrentes del universo del director.  Si esta serie la hubiera dirigido otro director, la repercusión hubiera sido menor o nula.

Además, no podemos olvidar la crítica que realiza otra vez a al modelo social norteamericano donde nadie es malo y nada es lo que parece, a las largas calles de casas blancas uniformes llenas de secretos, a las reinas del baile y a los apuestos chicos malos que llevan a sus conquistas en moto. Al igual que hizo Jeffrey Eugenides en Las Vírgenes Suicidas se desvela la cara amarga de una sociedad donde priman unos valores que chocan frontalmente con la realidad y donde los personajes no conocen la felicidad a pesar de ser la chica popular del instituto.

La música es otro ingrediente fundamental y creo que la cabecera de la serie aún retumba en la cabeza de muchos de nosotros. Fue creada por Angelo Badalamenti y realmente fue un proyecto extraño para él, básicamente porque pensaba que sería un fracaso a corto plazo y nunca imaginó que fuera a tener este seguimiento.

Otro factor vital para que durante veinticinco años se siga hablando de una serie es el legado: 25 años avalan su huella en los espectadores. Se escribieron libros sobre la oscura vida de Laura Palmer e incluso editaron una guía turística de los lugares a visitar en este recóndito lugar del estado de Washington.

Pero la influencia de Twin Peaks pasó por diferentes generaciones: Uno de los sectores más salpicados por la ola fue la música. Uno de los últimos ejemplos que tenemos es Russian Red que llamó a su último trabajo Agent Cooper, La Habitación Roja se llama así por la sospechosa sala de espera que aparece en la serie o Iván Ferreiro tituló a una de sus canciones Audrey, como uno de los personajes. Y no fue el único: Bastille tiene una canción llamada Laura Palmer. Incluso Moby usó el tema principal de la serie para las bases de su canción Go.

La verdad es que este regreso no deja indiferente a nadie, ni después de 25 años. Por ello, hemos querido plasmar nuestras impresiones sobre la vuelta de Twin Peaks a través de nuestros colaboradores:

Vanesa Carro: A mí Twin Peaks me pilló muy joven, tanto, que mis padres cambiaban de canal para que no contemplara aquel universo dantesco. Pero aunque fuera pequeña, la melodía y el claim de la serie se quedó en mi cabeza. Años después, el morbo acerca de aquello que me prohibían allá por el año 91 volvió a mi vida, tras haber visto Mulholland Drive con 17 años. Al final como todas las cosas, Twin Peaks es algo más en mi vida principalmente porque tengo que reconocer que soy muy infiel siguiendo series pero ésta la considero como algo más allá, una visión cinematográfica de algo cotidiano y de hecho, dejó el listón muy alto. Lo que parece una trama sencilla (jóvenes, policías, un asesinato) se convierte en un mundo pero tengo que reconocer que soy pro universo Lynch aunque me cueste comprenderlo.

La vuelta de Twin Peaks a la televisión no me gusta en exceso. ¿Por qué? Creo que Twin Peaks comienza y acaba hace 25 años con la frase lapidaria y es lo que hace que sea una serie de culto. Lo único que me consuela es que no es un remake, sino que aparentemente es la vida en esa ciudad maldita 25 años después porque si se tratara de otro tipo de versión, no podría soportarlo. Pero Lynch está explotando al máximo su imagen (magnate de la noche parisina, marca de café, diseño de ropa de yoga) y esta serie siempre será lo más rentable que ha hecho hasta el momento. Tendremos que darle una oportunidad.

Alex Sirvent: Once años tenía yo cuando se emitió el primer capítulo en España y los recuerdos que me han dejado son menos que las sensaciones. Mis padres sí que dejaron que la viera, supongo que tras algún tipo de “debate interno” y no me extraña, porque todavía recuerdo el terror que me causaban las apariciones de Bob o la sensación de desasosiego, solamente tras escuchar la banda sonora. Era una época en la que un estreno televisivo era un auténtico acontecimiento, supongo que este tipo de fenómenos serían mucho más difíciles en el mundo parcelado, de hoy día, en el que cada uno diseña su propio entretenimiento por internet.

La noticia de una nueva temporada me tiene confuso. Estas recuperaciones no suelen salir bien, aunque la confirmación de la implicación de Lynch en el proyecto ofrece ciertas garantías.

Nada volvió a ser igual después de conocer a los enigmáticos habitantes de la mente de Lynch, como nada es igual siempre que hay un gran “suceso televisivo” que reúne a millones de personas. Y no hace falta que sean obras de ficción, por ejemplo se me ocurren, la emisión (esta vez en la radio) de La guerra de los mundos de Welles, la llegada del hombre a la Luna, o como tampoco nada será igual después de ver el último gran acontecimiento que reunió a todo el mundo ante la pantalla de la televisión, el ataque a las Torres Gemelas.

Marta García:  Ay, cuando Twin Peaks se estrenó, yo aún era un proyecto de ser humano en el útero materno. Poco podía saber yo en esos momentos que una serie sobre un pueblecito de lo más convencional, donde acontecimientos cuanto menos variopintos se dan cita, iba a cambiar por completo la historia de la televisión. Ni siquiera recuerdo cuándo echaban la serie por la TV, ni a mis padres, que se quedaban hasta tarde viéndola todos los jueves por la noche, esto lo sabría de más mayor. Sí que me viene a la cabeza cuando, hace años atrás, leí en un artículo una frase que me llevó de cabeza a ver la serie, “¿cómo puedes considerarte seriéfilo si nunca has visto Twin Peaks?

El porqué de lo adictivo de esta serie tendrá tantos misterios como los que en el pueblo donde transcurre la trama oculta; sin embargo, está claro que la atmósfera ultra cuidada, los personajes con mil peculiaridades y caras diferentes y sobre todo, ese suspense constante que te empuja a ver el próximo capítulo para así lograr entender qué es lo que pasa de verdad en ese recóndito pueblo, son alicientes suficientes como para ver con urgencia el siguiente episodio.

Puede que Twin Peaks me cambiara un poco la vida sin yo ser muy consciente de eso, abrió la puerta a muchos contenidos televisivos que, sin su existencia, no habría sido posible de ver. Estoy convencida de que prácticamente todo el mercado de series se ha visto condicionado por series como Twin Peaks, quién sabe cuántos guiones se habrían quedado en un cajón si esta obra maestra nunca hubiera existido. Pero, sin embargo, no considero todo esto como motivo de peso para que se realice una nueva temporada a estas alturas. Para mí, la historia ya está cerrada, y estos remakes que pretenden continuar la serie, seamos claros, están más enfocados al éxito de audiencias y al beneficio que a la calidad de la historia en sí. Siempre hace ilusión ver cómo una serie así regresa a las pantallas, pero no estoy segura de que esta sea la mejor forma de que eso ocurra. Lynch, en ti confiamos.

Miguel Pardo: Cuando se estrenó Twin Peaks yo no existía como ente físico, ni mucho menos humano, pero la serie significó tanto para todas las generaciones que vivían y tenían conciencia en aquella época que resonó en sus mentes y en sus voces durante las dos décadas siguientes, llegando a mis oídos ya interesados por Lynch y la cultura audiovisual. El flechazo fue inmediato quedé encandilado con la esfera pausada, la atmósfera misteriosa, la música que juega entre la depresión y la inquietud o esa intro tan indescriptible aún hoy en día, trastornando la calma de un lugar, su quietud, haciéndonos ver que nada es lo que parece, que ha marcado millones de vidas, y a múltiples artistas (entre ellos James Murphy y sus LCD Soundsystem, que la tocaron en su último directo antes de su última canción).

Desde que comencé a ver la serie me sentí como un ciudadano más de Twin Peaks, amante de la sencillez, con una cara amable para mis amigos y vecinos, tratando de preservar el orden y una falsa tranquilidad, cuando en realidad por dentro tengo un mundo propio y vivo en un lugar repleto de secretos y misterios que implican y rodean lo que conozco y lo deforman a mis ojos, pero no para los que vienen de fuera, que parecen admirados (El agente Cooper) por esta familiaridad y naturalidad con la que se tratan los asuntos. De ahí surge mi fascinación por la inquietante maestría con la que Lynch nos va desmontando cada mito y acto normal de una realidad repleta de capas artificiales hasta dejarnos el corazón de una sociedad perturbada por el mayor de los males, todo envuelto en un halo tenebroso que no nos permite comprender ni respirar a la espera de una resolución.

Sólo el hecho de que David Lynch haya esperado 25 años como le dice Laura Palmer al agente Cooper es razón de sobra para creer en este nuevo proyecto y para poder pensar que no es una estrategia únicamente comercial (¿Os imagináis que Frost y Lynch lo tuviesen en mente cuando cerraron la serie en 1991?), una nueva aventura misteriosa que nos tocará la fibra desmontándonos de nuevo 25 años después el tiempo en el que vivimos. Si la monstruosidad continúa siendo parte de nuestra humanidad, maquillada entre nosotros, la tercera temporada de Twin Peaks tiene más sentido que ninguna otra, sobre todo para hacer justicia al exceso de capítulos de la segunda temporada, que aun así no frenaron el hype de esta obra única.

Miriam Montero: Parece mentira que fuese Telecinco la cadena que emitió Twin Peaks en España allá por los años 90 -el subtexto de esta frase creo que está claro viendo en lo que dicha cadena se ha convertido-. Por aquel entonces yo tenía tres añitos, y de dicha época apenas recuerdo si quiera ver la televisión más allá de Chicho Terremoto, Dragon BallSailor Moon. Sin embargo, sí recuerdo la archiconocida hoy en día melodía de Badalamenti, no sé exactamente cuándo la escuché, tal vez vez mis pequeños ojos llegaron a ver algo de aquel universo lynchiano al que mi padre estaba enganchado (y que tanto temor causaba en mi madre) y no lo retuve en mi memoria, el caso es que recuerdo las sensaciones tan inquietantes que dicha melodía me producía y aun hoy cuando la escucho algo se remueve dentro de mí. Como muchos de nosotros no fue hasta años más tarde cuando conocí el ‘universo Lynch’ que me llevó no sólo a ver Twin Peaks sino, valga la redundancia, su ‘universo’. En mi cabeza está claramente la imagen de mí misma agarrada a la almohada y con los ojos como órbitas frente al televisor. Ver el opening ya me ponía los pelos como escarpias, pero aquel universo entre onírico y espeluznante era como una droga capítulo tras capítulo… Al menos durante toda la primera temporada. Pese a mi amor casi incondicional por Lynch la segunda temporada tiene muchos altibajos, aun cuando no se le puede culpar totalmente pues dicha temporada la dejó en manos ajenas hasta que volvió al final de la misma. Años más tarde recuerdo ver Mujeres Deseperadas y gritar a mi madre ‘¡pero si es el Agente Cooper!’ ante la aparición de Kyle MacLachlan. 

Conocedora como soy del trabajo de Lynch me contagio de su enrevesada mente y me pregunto si esto no estaba ya en su cabeza cuando Laura Palmer le dijo al Agente Cooper que le vería 25 años más tarde… o si simplemente el 25 aniversario de la serie ha sido el que ha hecho ‘clic’ en la mente de Lynch haciéndole recordar y preguntarse porqué no darle vida a esa frase.  Sea como fuere, la noticia de que va a haber una tercera temporada no sé si me gusta o me disgusta. Tengo sentimientos encontrados. Creo que cuando a una serie se le pone fin no hay que darle más vueltas. Pero viniendo de los propios creadores de la serie no puedo evitar tener esta sensación de expectación ante lo que nos contarán. De lo que no tengo ninguna duda es de que si Lynch ha tomado esta decisión es porque tiene algo que contar y tiene la convicción de que es algo que tenemos que escuchar. Así pues, ‘Diane: donuts y café que esperamos una tercera temporada’.

Eduardo Hernández L.:  Recuerdo como yo siendo aún un niño Twin Peaks se veía en casa religiosamente el día que tocaba, al igual que muchas otras series con el paso de los años. Puedo decir que vi su estreno, no siendo consciente de aquel espectáculo en el que la literalidad de lo real y lo imaginario tomaba relevancia en la caja tonta. Años después revisé la serie en varias ocasiones, siempre con distintas perspectivas (el paso del tiempo), dándome cosas buenas y otras malas, desde ensalzar a la grandeza toda la serie como más tarde rebajar muchos capítulos al subsuelo. Siempre recordaré, aquella primera vez, a un MacLachlan.  relatando la historia de Twin Peaks a Diane a través de su grabadora (recogiendo esos pequeños placeres de la vida y esas espeluznantes cosas que sucedían en Twin peaks). Y siempre recordaré la pregunta de ¿Quién mató a Laura Palmer?, siendo la premisa y el hilo conductor de toda la serie, y siempre recordaré dar el apellido a ese músico de Roxy Music para encontrar la respuesta a dicha pregunta más tarde.

Que una nueva temporada llegue, de la mano de Frost y Lynch al completo, no es sino una gran noticia, porque todo lo que conlleve el nombre de David Lynch siempre me activa intelectualmente, que es lo que siempre propone el director, un espectador activo en sus narraciones, y eso es algo que realmente admiro.

Creo que, a direfencia de una gran cantidad de series actuales, podremos ver algo distinto temáticamente y narrativamente, ese universo único que David nos propone, ese que podemos ver desde Cabeza borradora, pasando por Carretera perdida y llegando a Inland Empire.

La tercera temporada de Twin Peaks podrá ser mejor o peor, pero estoy convencido que no dejará indiferente a nadie, y si alguien como David Lynch se embarca en un proyecto así es porque tiene la convicción de que es algo viable, y no un paso a comercializar y explotar su producto, porque si por algo se caracteriza el director es por ser uno de los pocos artistas de verdad en el séptimo arte. De momento, sólo podemos esperar y controlar las ganas de volver a ver a uno de los grandes directores de cine de finales del siglo XX y sin duda del siglo XXI.

Lo que queda claro es que el regreso de Twin Peaks no causa indiferencia a nadie y las noticias sobre esta serie corren como la espuma, ¿Qué opináis vosotros?

 

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