InicioCine – ArchivoSTRAW DOGS (PERROS DE PAJA) (Rod Lurie, 2011)

STRAW DOGS (PERROS DE PAJA) (Rod Lurie, 2011)

La adaptación de la novela de Gordon Williams, The siege of Trencher’s farm dirigida por Sam Peckinpah Perros De Paja (Straw Dogs), supuso en 1971 el nacimiento de una película extremadamente controvertida. No es fácil encontrar la razón que ha llevado al director y guionista Rod Lurie (Nothing But The Truth, The Last Castle) a hacer el remake de la obra de Peckinpah. La escasez de ideas en el cine actual (sobre todo en el norteamericano) podría ser una opción bastante probable. Rod Lurie asegura, por su parte, que su intención era presentar la historia, tomando como base la novela de Gordon Williams, desde una perspectiva mas optimista. Aún así considerar la película de Rod Lurie (podéis ver el trailer aquí) como completamente independiente a la de Sam Peckinpah sería poco menos que un insulto para quien busque un juicio crítico y no tanto para quien la quiere ver como quien se come unas palomitas y se bebe una cocacola tamaño gigante.

David Summer (James Marsden), un guionista de Hollywood, y su mujer, Amy (Kate Bosworth), actriz, dejan atrás la ciudad de Los Angeles para pasar unas vacaciones en la casa donde Amy creció, en un pueblecillo de Misisipi. El refinado y elegante David parece no adaptarse del todo a los nuevos aires, sobre todo a la pandilla de nativos que además arreglan su tejado, entre ellos el antiguo novio de Amy, Charlie (Alexander Skarsgård). El conflicto va empeorando hasta que David deja de lado sus principios no violentos enzarzándose en una brutal pelea cuando Charlie y sus colegas borrachos intentan asaltar su casa.

El remake de Rod Lurie supone, ante todo, una poco efectiva adaptación del discurso de Peckinpah, fatalista respecto a la violenta y cruel naturaleza humana, a un discurso mucho mas simplista. Lurie cambia una película desagradable y sórdida, aunque trascendente, por un envoltorio más bonito pero vacío. Tampoco hay que quitarle mérito, ya que da unas casi dos horas de entretenido espectáculo. Pero en su inevitable comparación no deja de ser una artificiosa película de acción frente a una obra reflexiva y original. Salvo un par de excepciones, como la secuencia del asalto, todo son situaciones y secuencias más que vistas que no aportan nada nuevo y que sobre todo no hacen justicia a los mecanismos de Peckinpah para generar asfixiante tensión. La interpretación no es muy destacada, a excepción de Alexander  Skarsgård (True Blood, Melancholia) que lo hace notablemente bien. Eso si, la película cuenta con una lograda fotografía.

En esta nueva versión el conflicto base se reduce a una simple lucha del héroe contra su antagonista, dejando unos personajes caricaturizados que pecan de estereotipo. Peckinpah planteaba una situación ambigua y mórbida sin un posicionamiento claro, donde, en especial, el personaje de David tenía un fondo mucho mas complejo y un desequilibrio presente desde el principio que desencadenaba en demencia total (esa sonrisilla al final de la película). La película de Lurie, por su parte, establece desde el principio unos límites claros entre el bien y el mal, arrancando con una intro musical que ilustra el bello pero hostil pueblo y después a David, que a pesar de su pijerío se intenta ganar al espectador; y Amy conduciendo camino del pueblo en su Jaguar a toda velocidad con la radio (con lo que entiendo es Kiss FM) a todo volumen.  El personaje de David Summer se mantiene prácticamente estático durante toda la película hasta el conflicto final, dejando su punto de inflexión hacia la violencia no muy justificado. El personaje de Amy es tratado, en principio, con mas integridad (por muy buen director que fuese Peckinpah no se salva de misógeno) y demuestra que en realidad sí quiere a su marido. Aunque el final en sí es el mismo, la película se focaliza totalmente bajo la perspectiva de David y Amy, sugiriendo una venganza igual de violenta, pero más legítima.

Además de la reinterpretación formal la película supone también una reinterpretación de los valores (más bien contravalores) que sostenía la original. Mientras antes David era un matemático renegado de la guerra de Vietnam, ahora es un escritor que reflexiona sobre el coraje de los soviéticos en la batalla de Stalingrado. Peckinpah plantea que, hasta en el intelectual hombre de ciencias más integrado subyace una naturaleza de supervivencia violenta, que evoluciona aquí en un intelectual hombre, pero de letras, y que pierde todo su decoro bajo presión dando rienda suelta a su violencia acumulada.

Quizá la película de Peckinpah fuese violencia pura pero como decía Marshall McLuhan el medio no es más que una extensión del individuo, y la grandeza de revolvernos el estómago de la película de Peckinpah reside en destapar ese pundonor que maquilla la pérdida de valores en la sociedad. Tal vez no del todo como remake, pero sí como reinterpretación de esos valores, la película de Rod Lurie está completamente acertada, pues maquilla el film con ese decoro en su totalidad, haciendo de extensión de la sociedad correctamente… con forma, pero sin fondo.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 6,5/10

spot_img