Qué se puede esperar al acercarse a una película como esta que tiene tan claro cuál es su público.
Para saberlo puedes tener en cuenta, su sinopsis: Un estudiante de la Universidad de Princeton pierde su dinero apostando en un juego de póker online. Cuando descubre que el sitio web está alojado en una isla remota, se enfrenta a su dueño, pero termina convirtiéndose en su discípulo y mano derecha. O su reparto principal, Ben Afflleck y Justin Timberlake.
Entre otras cosas estaría bien que mantuviera la emoción, que no tuviera tiempos muertos, que contara con personajes interesantes, y que el final fuera creíble. Pero casi nada de esto pasa, la historia ya está contada en su sinopsis, no ocurre nada más, y está mal introducida y peor finalizada.
Al menos habría estado bien que se hubiera aprovechado que se ha rodado en Costa Rica y haber fotografiado sus hermosos paisajes, pero habría dado lo mismo que se hubiera rodado en cualquier otro sitio, porque nada de esto aparece.
Los personajes pasan de ser malos malísimos y super inteligentes a lo contrario, varias veces, sin explicación ninguna. Los secundarios no se entienden, el intento de historia romántica es inexplicable y el final es la vuelta de tuerca final esperada.
Los actores sorprendentemente no son lo peor de la peli, porque con el material que tienen es difícil resultar creíble. Lo que sí que sorprende es por qué Affleck habrá aceptado el papel. Por muchos detractores que tenga (para muestra sólo hace falta ver las reacciones a su elección como nuevo Batman), es un actor solvente y con una carrera respetable (sobre todo en las que ha dirigido el mismo).
O incluso por qué lo ha hecho Timberlake, que no olvidemos que ha participado en La red social, Alpha dog o Golpe de efecto. Quizás todo sea una devolución de favores dentro de una industria en la que tener una carrera sin mácula es un verdadero milagro o simplemente, pagaban muy bien.
El intento por adaptar las pelis de robos a casinos a nuestra era habría estado bien si se hubiera rematado bien la jugada. Eso sí, mejor verla en versión original porque los intentos de Affleck de hablar en español son lo más divertido.
El director es Brad Furman cuya peli anterior El inocente era bastante más acertada; en la producción parece que ha participado Leonardo DiCaprio y en el guión, guionistas de Ocean’s thirteen (estas colaboraciones no se notan por ningún lado).
Si tuviera que recomendarla lo haría para fans incondicionales de la pareja protagonista o para pasar los calores veraniegos con el fresquito del aire acondicionado sin ninguna preocupación (para esa gente que dice quiero ver una para no pensar, signifique lo que signifique). Lástima que estemos ya en Otoño.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 2,5/10