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Regresión o mediocridad

En Psicología, las terapias de regresión son una herramienta de la hipnosis, la cual permite que el paciente recuerde y reviva situaciones, vivencias o traumas olvidados del pasado que se encuentran guardados en el inconsciente. Esta es la definición del título de la última película de Alejandro Amenábar. Un término prometedor que a medida que avanza la cinta, no cumple y decepciona.

La película se remonta a la década de los 90 en el Estado de Minnesota, EEUU, donde el detective Bruce Kenner interpretado por Ethan Hawke investiga el caso de Angela, a la que encarna Emma Watson, que acusa a su padre de haber cometido un crimen inconfesable. El reconocido psicólogo Dr. Raines, al que da vida David Thewlis, se incorpora al caso para ayudarle a revivir sus recuerdos reprimidos. Lo que descubren desenmascara una siniestra conspiración. La trama está inspirada en una ola de acusiones de abuso de menores durante rituales satánicos, basada en casos judiciales reales.

¿Qué falla entonces en Regresión para que el esperado regreso de Amenábar a la gran pantalla resulte tan decepcionante para sus condicionales y tan mediocre para los que no lo son tanto?

En primer lugar, un guión fallido que aunque parece que fue escrito con la mejor de las intenciones, se queda a medio camino de la nada. El excesivo énfasis que pone en subrayar la premisa de la película -el miedo como detonante de la histeria colectiva- y que deja sin resolver, es el principal problema película. Aquí no se explica el uso de la violencia, como sucedía con Tesis, y el mensaje no cala en el espectador.

Respecto a los personajes, que a priori están interpretados por un reparto protagonizado por estrellas consagradas, sobreexplican la historia de tal manera que no consiguen salvar la película. El espectador más asustadizo y miedoso puede llegar a sentir cierta empatía con la paranoia y sugestión de Ethan Hawke, que digamos está «correcto» -siendo muy generosos- en su papel de policía. Pero no podemos decir lo mismo de su compañera Emma Watson, una actuación que deja bastante que desear una vez que su personaje adquiere peso en la trama y que no transmite absolutamente nada, probablemente porque no se lo crea ni ella.

Si en sus primeros trabajos Amenábar demostró su talento creando atmósferas inquietantes, aquí obtiene el efecto contrario con un uso abusivo de la música, de los efectos del sonido, del susto fácil y de los peores clichés de un thriller de sobremesa.

Y es que seis años son mucho tiempo. Regresión no es una vuelta al género con el que el director español encumbró su prometedora carrera, por más que se empeñe su gran campaña de marketing que está llevando a cabo Telecinco. Es un despropósito.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 3/10
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