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Hasta siempre Amparo Rivelles

Tristemente esta noticia comienza con un adiós. Adiós a la persona física, pero no a la trayectoria artística que nos ha dejado. Tal vez las generaciones que hoy  en día estudian cine no estén concienciados aún con los grandes artistas del panorama español del pasado, pero la huella que dejan muchos de ellos debe ser altamente reconocida y por eso Amparo Rivelles es merecedora no de que noticiemos su fallecimiento, sino sus logros, sus trabajos, su TALENTO.

Nacida en Madrid en 1925 y de familia de actores, Amparo debutó en el cine en la película Mari Juana de Armando Vidal (si bien su debut como actriz fue en la compañía teatral de su madre). A partir de entonces Amparo no tenía freno. Logró un contrato en exclusiva con la famosa compañía Cifesa lo que le valió para consolidar su carrera como actriz con una veintena de papeles en las décadas de los 40 y los 50.

Eloisa está debajo del almendro (1943), La fe (1947) o La calle sin sol (1948), películas dirigidas por Rafael GilLos ladrones somos gente honrada (1941), Malvaloca (1942) de Luis Marquina, Espronceda (1945, de Fernando Alonso Casares, Fuenteovejuna (1947) de Antonio Román, La duquesa de Benamejí (1949), De mujer a mujer (1950) y Un ángel tuvo la culpa (1959)de Luis Lucía; La Leona de Castilla (1951) de Juan de Orduña, son sólo algunos de los títulos de esta época. Época en la que también hay que destacar su trabajo junto al gran Orson Welles en Mister Arkadin (1954) y a Tulio Demicheli, en La herida luminosa (1957).

Muchos y numerosos son también los premios otorgados a Amparo Rivelles, desde el Goya a la Mejor Actriz por la adaptación cinematográfica de la obra de teatro Hay que deshacer la casa (1986), de Sebastián Junyent, que protagonizaba junto a Lola Cardona y que le supuso también el Premio Lope de Vega; hasta premios tan prestigiosos para una actriz como la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (1990), el Premio Nacional de Teatro (1996) y la Medalla de Oro al mérito Círculo de Escritores Cinematográficos (2006), entre otros muchos.

Larga sería la lista de trabajos y premios y reconocimientos de Amparo Rivelles, pues larga es la estela que ha dejado a su paso.

Tristes, pero orgullosos de su paso por nuestro panorama cultural, le decimos hasta siempre a una de las actrices más importantes de nuestro país.

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