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Estrenos… Mi semana con Marilyn de Simon Curtis.

MI SEMANA CON MARILYN
Siempre resulta curioso ir al cine para ver películas sobre cine. Normalmente esas películas van más allá, no son un mero reflejo de la profesión, guardan algo más profundo. Mi semana con Marilyn (My Week with Marilyn de Simon Curtis, 2011)  no iba a ser menos… No es sólo la historia del rodaje de la película El príncipe y la corista, no es sólo la historia de un momento puntual de la vida de Marilyn Monroe. Ni siquiera ella es la protagonista, por extraño que parezca.
Mi semana con Marilyn parte de la mirada de un jovencísimo ayudante de producción. Un joven con nombre y apellido: Colin Clark, interpretado por Eddie Redmayne. Un joven que se emocionaba cuando tenía una pantalla delante, un joven que como tantos otros tenía claro que quería trabajar en el mundo del cine. Lo consiguió. Su primera misión fue nada menos que estar a las órdenes de Laurence Olivier durante el rodaje de la citada película. Lo que no se esperaba Clark era lo que vendría después… Ser el protector de Marilyn Monroe, con la que, aunque sólo fuera durante una semana, mantuvo una relación muy especial. Todo lo que ocurrió en aquella semana de verano de 1956 lo plasmó en un libro autobiográfico que tituló El príncipe, la corista y yo, el libro en el que está inspirada esta película.
Nos sentamos en la butaca del cine del mismo modo que se sienta Colin Clark, esperando ver a una estrella. Pero la estrella no aparece hasta bien entrada la película, tanto es así que quizá el espectador piense que Marilyn Monroe no va a aparecer jamás, que tan sólo será un personaje latente o que como mucho hará un cameo, eso sí, magistral. Paciencia. Marilyn llega y no sólo eso, al hacerlo llena por completo la pantalla. Digo bien, Marilyn llena la pantalla, porque cuando aparece este personaje en escena no vemos a la actriz que la interpreta, una soberbia Michelle Williams, vemos a Marilyn, vemos sus gestos, su risa, su mirada. Una extraordinaria interpretación que le ha valido para ser candidata a una de esas preciadas estatuillas que entrega la Academia de Cine de Hollywood.
La aparición de Michelle Williams en escena da un giro radical a la historia, que peca hasta ese momento de convencional. Durante un tiempo parece que estamos viendo una película más, simplemente amable y entretenida, pero sin profundidad. Pronto el espectador se adentra en una argumento agridulce, más agrio que dulce, como lo era la propia vida de Marilyn Monroe. El director, Simon Curtis, que por cierto se estrena en esto de orquestar una película en cine, no nos cuenta nada sobre la actriz que no sepamos ya: su baja autoestima, sus inseguridades, sus adicciones. Lo que sí consigue es que nos olvidemos del mito y conozcamos a la auténtica Norma Jeane.
Quizá muchos no vean más allá de un anecdotario de rodaje, un rodaje convulso que hizo perder la paciencia a más de uno… Quizá otros tantos no vean más allá de una curiosa historia de amor. Pero desde luego, Mi semana con Marilyn merece la pena, sobre todo merece la pena dejarse encandilar por Michelle Williams.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 8/10

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