La cuarta película como director, del también actor, Guillaume Canet (El caso Farewell, Sólo una noche), resulta un intento ambicioso de conseguir las buenas críticas (o los premios, como el Cesar al mejor director por No se lo digas a nadie en 2007), incluso el éxito de público de sus antecesoras (Pequeñas mentiras sin importancia en 2010 o su debut Mon Idole en 2002) al tiempo que salta a Hollywood.
La película es en su planteamiento un clásico thriller criminal, con complicadas relaciones personales y sentimientos ocultos.
Podemos ver hasta donde quería llegar su director con el reparto elegido. Clive Owen (Closer, Hijos de los hombres) un poco desaparecido últimamente , la gran Marion Cotillard (Dos días y una noche, El sueño de Ellis), un clásico como James Caan (El Padrino, la serie de tv Las Vegas), Mila Kunis (Cisne negro, En tercera persona), Lili Taylor (aunque lo más reciente puede ser Expediente Warren, no puedo olvidarme de sus papeles en Cosas que nunca te dije o en la serie A dos metros bajo tierra), Zoe Saldana (Avatar, Guardianes de la galaxia), Billy Cudrup (Big Fish, Casi Famosos).
El hermano mayor de la familia sale de la cárcel tras cumplir condena por un ajuste de cuentas. Lo recoge su hermano, que no ha ido a visitarle los 9 años que ha pasado encerrado (y que tiene una complicada relación sentimental con la mujer de un delincuente al que persigue) y su hermana, que intenta poner paz entre ellos antes de ir a visitar al hospital a su padre que está muy enfermo y a la ex esposa e hijos del hermano mayor, interpretado por Clive Owen.
Es un remake de Les lies du sang de Jaques Maillot que protagonizó el propio Canet y que tenía el acierto de contar lo mismo, en 35 minutos menos de duración.
Uno de los puntos a tener en cuenta es que en la producción y en la co-escritura se encuentra uno de los grandes directores del género en la actualidad, James Gray (La otra cara del crimen, El sueño de Ellis). Y aquí se encuentra también uno de sus problemas, ya que el guión es similar a La noche es nuestra de Gray y no puedes evitar pensar que el hubiera sacado más partido.
Comienza bien, creando interés en el espectador contando lo justo de los personajes, sin explicarlos demasiado. Pero según avanza el guión empieza a resultar confuso, con demasiadas historias que deben cuadrar entre si y que no lo hacen. Un montaje no muy acertado hace también que se pase demasiado tiempo con alguna de las tramas, olvidándose de otras, o lo contrario, saltando de una a otra demasiado rápido, sin haber avanzado la historia.
El reparto si está creíble, con la salvedad de Owen (¿alguna vez fue un galán?) que está forzado y utiliza expresiones desconcertantes.
En el esfuerzo por hacer personajes con una cara oculta se crean situaciones casi sonrojantes, como una escena de sexo callejero, o alguna disputa familiar que para tratarse de personajes tan supuestamente complejos sobran en un metraje tan largo.
Se queda alejada de ser un buen ejercicio de género pero resultara entretenida si no le pides mucho.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 4,5/10