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Estrenos… 'La desaparición de Eleanor Rigby' de Ned Benson

Cuando en cine se plasma un tema complejo para el ser humano de una forma sencilla, el mensaje llega de forma directa. Cuando además de hacerlo sencillo se hace de manera visualmente cuidada, se queda grabado en la memoria. Si el director que lo hace es debutante, de ahí en adelante su nombre jamás volverá a pasar desapercibido. Este queda apuntado para los restos: Ned Benson. Pretendiéndolo o no, ha hecho una película eterna, sí, porque hay películas muy buenas cuya imagen se pierde en el devenir de los recuerdos. No creo que me ocurra eso con La desaparición de Eleanor Rigby, y no porque todo film que hace un guiño a los Beatles -sea el que sea-, me conquiste de inmediato y para siempre -que también-, sino porque derrocha cariño y sutileza. No quiere esto decir que sea una ñoñada romántica, es todo lo contrario, es algo más puro.
He de añadir y aclarar que La desaparición de Eleanor Rigby no es sólo una película: son tres. Ned Benson ha decidido empezar por todo lo alto con una originalidad: contar una situación complicada para cualquier pareja vista desde los dos puntos de vista implicados: el de él y el de ella. Es decir, ha rodado una película sólo con el punto de vista de él y otra sólo con el punto de vista de ella. Lo que de momento llega a nuestros cines es la visión de ambos, un montaje titulado Ellos, una mezcla de imágenes de sus dos films: Él y Ella. La historia de él, la de Conor, interpretada por el actor James McAvoy, está rodada con una temperatura de color fría; la de ella, Eleanor, a quien da vida una magnética Jessica Chastain mantiene una tierna calidez. Que Benson haya tomado esta decisión técnica sin duda influye en el subconsciente del espectador, le lleva a atribuir a cada uno de los personajes una personalidad que quizá no le corresponde, porque ni uno es frío ni la otra es cálida, son simplemente seres humanos que reaccionan de manera diferente ante un hecho doloroso. Diferente y parecida, porque ninguno de los dos expone sus sentimientos con total claridad.
El planteamiento de los dos puntos de vista es curioso, que sus planos por separado tengan diferente color también, pero al margen de esto, alabo además la estructura narrativa, porque desconcierta: en un principio el espectador no se explica qué le ha pasado a esta pareja que aparentemente ha estado tan unida. La historia comienza con una escena muy dulce de ambos, en la siguiente Eleanor intenta suicidarse… posteriormente desaparece de la vida de Conor. Te preguntas entonces y hasta bien desarrollada la trama por qué, te preguntas eso y muchas otras cosas.
Benson da las respuestas quizá demasiado tarde, después de que el espectador ya haya especulado con todo tipo de posibilidades. No sé si eso es positivo o negativo, depende del aguante de cada uno, puede que haya público al que le agote esta incertidumbre e imagine un posible desenlace pensando que, dadas las circunstancias de los personajes y el ritmo de la película… se quedarán irremediablemente muchas cosas en el aire. Yo misma especulé con la posibilidad de que en el fondo su film tratara sobre la inmadurez, sobre la crisis de los 30 y esas cosas… o incluso sobre la decadencia del amor, muy al estilo de Blue Valentine, de hecho a ratos recuerda a la cinta de Derek Cianfrance, más en el fondo que en la forma… Pero no, no es ese tampoco el fondo. En el fondo La desaparición de Eleanor Rigby trata sobre el duelo, sobre corazones rotos no por falta de madurez o de pasión sino por la falta de alguien. Eleanor y Conor tienen que asumir una pérdida. Una vez comprendido esto se pueden atar cabos, lo que parecía que podría quedar en el aire queda en tierra y lo único que permanece abierto es un final no de incertidumbre sino de esperanza, de superación.
Vista la versión ‘imparcial’, la de Ellos, se queda uno con ganas de ver la disección previa que hizo el director sobre esta pareja, espero que de verdad el díptico llegue a las salas para conocer el universo emocional que rodea a cada uno de los personajes que aquí vemos solo a medias, difuminado, obviamente por el formato. Seguro que más de uno agradece poder obtener las respuestas a sus preguntas antes de que la incertidumbre se torne en aburrimiento. Imagino que si la intención inicial de Ned Benson hubiera sido la de hacer una película con dos puntos de vista en lugar de dos con uno, la habría resuelto de una manera diferente. A pesar de todo a mí me ha cautivado, creo que lo justo es completar el ritual y ver Él y Ella. Y después volver a opinar.
PUNTUACIÓN CRAZYMINS: 8/10

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