Roberto (José Mota) es un publicista en paro que tras una entrevista de trabajo queda atrapado en un accidente de una forma en la que nadie se pone de acuerdo en la manera de rescatarlo. Una situación absurda y dramática que llama la atención de los medios de comunicación, que convierten la tragedia en un espectáculo. Aprovechando la situación Roberto decide vender la exclusiva para solucionar los problemas económicos de su familia de una vez por todas.
La Chispa de la Vida es una película muy bien construida, que parte de un planteamiento sencillo y transcurre en unas veinticuatro horas, en las que Álex ha sabido medir perfectamente la tensión de cada momento creando algunos instantes realmente geniales. Sin duda el peso de trasmitir esa creciente incertidumbre gira alrededor de la increíble interpretación de José Mota, quien consigue trasmitir una cercanía entrañable al público, clave para la identificación con la historia, y sin duda consigue inmiscuirte en ella. José borda el papel, reflejando perfectamente esa tragicomedia implícita desde el principio de la película. Además consigue una afectiva química con Salma Hayek, que hace de su esposa. Aún así no le hacen sombra al resto de interpretaciones: Eduardo Casanova, Fernando Tejero, Blanca Portillo, Juam Luis Galiardo, Carolina Bang, Antonia Garrido, entre otras.
Álex hace una clara y acertada sátira sobre temas de importancia actual, la soberanía del dinero y el espectáculo inmediato, una sociedad donde algunos han perdido la sensatez y otros se ven presionados a tomar decisiones. Sobre un sistema que nos clava una barra de hierro en la cabeza. Roberto decide vengarse negociando con su dolor convertido en un fenómeno de masas que se identifican con él. Por el otro lado vemos como el espectáculo que se forma en torno a su accidente es utilizado por otros para sus propios fines lucrativos.
Quizá el punto débil de la película sea cierta falta de sutileza en algunos aspectos, simplificando algo demasiado complejo, recurso que a veces puede funcionar a favor, pero otras, en contra.
Sin duda La Chispa de la Vida no es una película para pasar un buen rato necesariamente, pero si un rato intenso. Contestando a las preguntas del principio, como película que critica algunas enajenaciones sociales consigue destilar confianza en una puerta abierta a lo humano y lo sensato en los tiempos que corren, cerrada si miramos en muchos otros sitios, y eso es algo por lo que estaré eternamente agradecido al cine.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 8/10
