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Estrenos… El Vuelo (Flight) de Robert Zemeckis

Dos avisos antes de comenzar. Uno: si os da miedo volar, no veáis esta película. Y dos: si no aguantáis a Denzel Washington, ni os lo planteéis. El Vuelo, con la que el director Robert Zemeckis regresa a los actores de carne y hueso, es la historia de un desastre aéreo y de un desastre personal que sirve como vehículo de lucimiento de Washington, quien está casi las dos horas y media de metraje en la pantalla.

La película se centra en la vida del capitán Whip Whitaker, un piloto de aviones comerciales alcohólico y toxicómano. Durante un vuelo regular, el avión se avería y Whitaker consigue aterrizarlo en unas condiciones imposibles para cualquier otro piloto. Los casi doscientos ocupantes de la aeronave salvan la vida a excepción de seis personas. Aunque el capitán es aclamado como un héroe, durante la investigación surgirán sus problemas con el alcohol y una posible condena a cadena perpetua.

El Vuelo no es la historia de un accidente y sus consecuencias. Éste tan sólo es el punto de partida para mostrarnos cómo de bajo puede caer el ser humano en el infierno de las adicciones. La caída en picado del avión no deja de ser una metáfora de la barrena en la que ha caído la vida de su piloto; alcanza un punto donde a pesar de las piruetas y giros de timón, el desenlace parece inevitable.

La película que firma Zemeckis, al igual que el propio accidente, está llena de altibajos y turbulencias. El principio empieza sin freno con una secuencia brutal donde entre cervezas, cigarrillos y rayas de cocaína se nos presenta la figura del protagonista. Le sigue la escena del accidente en sí. Su tensión y realismo (Zemeckis ya tiene experiencia en estas escenas; recordemos la de Náufrago) casi justifican el film en sí. Sin embargo, a partir de ahí, el guión comienza a descender y sólo en ocasiones consigue levantar el morro. El retrato del alcoholismo del protagonista se diluye en sus intentos de justificación y en la investigación del accidente y las repercusiones. El director quiere abarcar demasiados matices de la adicción y se queda muy alejado de la profundidad con la que la trataron otros films del género.

Los secundarios se pierden del mismo modo en la presencia de Washington en pantalla. El contrapunto romántico, una adicta a la heroína de la que se enamora el piloto (interpretada por Kelly Reilly), no termina de entenderse una vez vista en conjunto. Y el cómico, el camello (interpretado por un genial John Woodman que aparece siempre bajo las canciones de los Rolling Stones) se queda en plena anécdota y se pierde su influencia enla vida del capitán.

Quien salva la película es su actor protagonista. Denzel Washington regresa a un personaje conflictivo, complejo, que reconoce su alcoholismo y en sus propias palabras escoge beber, pero que no está dispuesto a enfrentarse a cara abierta a las consecuencias de su bebida. De El Vuelo nos quedamos pues con su actuación, con la primera escena y el accidente de avión. Pero sobre todo con esa minibotella de vodka que gracias a la magia del cine se convierte en enorme en un solo plano e implica una elección de un pequeño sorbo como inicio de una caída sin freno.

PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 6.5/10

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