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Estrenos… El extraordinario viaje de T. S. Spivet de Jean Pierre Jeunet

Las películas de Jean Pierre Jeunet son el reflejo de una mente con un mundo interior inabarcable, de un universo muy particular que en ocasiones puede resultar naif y en otras barroco… En realidad, son mezcla ambos ingredientes, a veces se pasa con el uno y a veces con el otro, pero sea como sea al paladar el regusto siempre es mágico. Soy plenamente consciente de que no son pocos los que le consideran un tanto empalagoso y critican sus obras con pereza, mastican cada palabra con auténtica pesadez…
No es mi caso, quizá sea hoy más subjetiva que nunca, pero diré en mi defensa que lo que siento por Jean Pierre Jeunet es gratitud infinita, porque todas sus películas son especiales e inspiradoras, a veces incómodas, pero siempre tiernas. Yo sólo borraría una parte de su expediente académico, la que tiene que ver con la revolución de los aliens, curiosamente y para su desgracia, la película con la que muchos descubrimos a este cineasta aquí en España. Cuatro años después de aquello, en 2001, estrenó en nuestras pantallas Àmelie. Nos dimos cuenta entonces de quién era realmente Jean Pierre Jeunet y caímos en la cuenta de que le precedían dos largometrajes maravillosos: Delicatessen y La ciudad de los niños perdidos.
Este cineasta no sólo sabe crear una atmósfera impecable -ayudado siempre de la mano mágica de Hervé Schneid en la edición-, sino que planta en su imaginario a personajes muy bien definidos, raros y hermosos, de una estética anacrónica, sufridores siempre de algún tipo de patología mental o física. Para su última película se ha decantado por el ‘sabelotodismo’ y la esquizofrenia infantil: el protagonista de El extraordinario viaje de T. S. Spivet es un niño de diez años, superdotado, miembro de una familia extravagante -en este sentido el papel de madre le viene como anillo al dedo a Helena Bonham Carter-, ve fantasmas y habla con su perro, eso sí, de una manera muy natural.
Ocurren dos cosas importantes en la vida de este niño: una, que ha inventado una máquina imposible por la cual le otorgan un premio -por supuesto sin saber la edad del inventor-; y dos, que su hermano mellizo acaba de morir en un accidente con una escopeta. Jeunet aprovecha estas dos circunstancias para desplegar en la pantalla, literalmente, cada uno de los argumentos que utiliza el protagonista para seguir adelante con su particular viaje. Estos ‘despliegues’ son asombrosos si el espectador tiene la oportunidad de ver la película en 3D.
En 3D o en 2D, la estética de El extraordinario viaje de T. S. Spivet es fiel al estilo del director francés, pero da la sensación de que en esta ocasión se ha planteado masificar y ampliar su público porque no es ni tan dulce como Àmelie ni tan recargada como Micmacs. Es posiblemente la película más plana que ha presentado hasta ahora. Quizá por eso a algunos de los fans más acérrimos de su cine les haya sabido a poco. Sólo puedo decir que técnica y estéticamente es perfecta y el guión está llevado de forma ágil y llamativa, ahora bien, la intensidad con la que la viva cada uno es algo… muy personal.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 8/10

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