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Estrenos… 'Dos días, una noche' de los hermanos Dardenne

Hay dos cosas que se les dan muy bien a los hermanos Dardenne: una es retratar de forma cercana los dramas sociales y la otra es rodar planos escorzo. Lo primero es seguramente consecuencia de lo segundo. Me explico: mediante este tipo de plano, tan bien aprovechado por estos cineastas belgas –a veces quizá abusivo-, uno tiene la sensación de que los personajes pueden sentir nuestra respiración sobre su cogote, si estiramos el brazo puede que podamos tocar su hombro. El espectador está durante todo el metraje siguiendo literalmente los pasos del protagonista. Cámara al hombro. Sin parafernalia alguna. Así no sólo consiguen la cercanía que justifica su fama, sino que añaden a cada historia un punto de intriga que de otra forma sería imposible. Esa intriga viene dada precisamente por lo que no nos dejan ver con ese formato tan cerrado y reposado, casi todo lo que ocurre está fuera de campo y cuando un elemento entra en pantalla lo hace de forma inquietante, es difícil verlo venir, ni siquiera intuirlo. Si extrapolamos de sus películas la técnica, se podría decir que su manera de rodar resulta perfecta para inquietar al personal en un thriller o meter el miedo en el cuerpo en una de terror, pero ellos prefieren utilizar sus habilidades para contar otro tipo de historias, historias que desconciertan y asustan aún más que las de esa clase de géneros…
Este es el sello de los Dardenne, -no, no es Dogma95 aunque lo parezca-, y por supuesto queda también plasmado en su último largometraje: Dos días, una noche. Pero hay algo que desentona en esta ocasión: no hay rastro de infancia o adolescencia difícil, no hay adultos comportándose como niños… raro. Esta vez los directores se meten en la vida de Sandra, una mujer de treinta y muchos, que no está excluida socialmente, que no está desamparada, tiene dos hijos y un marido maravillosos (ni él es alcohólico o violento, ni ellos han vivido una niñez trágica). Su mal es el de muchos: ha pasado por una depresión y la han echado del trabajo. Un personaje, pues, atípico en la trayectoria de los Dardenne a quien da vida Marion Cotillard, que en esta ocasión y por exigencias del guión pierde su luz externa, pero no la interna… A Sandra le ofrecen la posibilidad de recuperar su puesto si convence a la mayoría de sus compañeros para que voten a su favor en lugar de a favor de una prima de 1000 euros. Es ella o el dinero, si ella se queda no hay prima, si hay prima no estará ella. El tiempo que tiene para hacerlo es el que reza el título de la película.
dosdiasunanoche
Personaje atípico decía, pero no menos trágico, no deja de ser una víctima de la sociedad; el drama de fondo no lo representa ella sino lo que la rodea: la codicia y el egocentrismo, sus consecuencias. Es la denuncia eterna de este dúo. Los hermanos Dardenne nos invitan como de costumbre –que no se interprete esto como repetitivo, más bien como necesario-, a reflexionar sobre la condición humana a través del comportamiento de sus personajes, y de nuevo abren una puerta a la esperanza… para algunos –porque otros no tienen remedio-. Hay gente buena y gente interesada. Sus personajes no van a estar en paz consigo mismos hasta que no asimilen esta realidad. A pesar del calvario por el que hagan pasar a los protagonistas de sus películas, suelen ser bastante neutros, consiguen hacer algo que considero complicado, y es mostrar todo tipo de emociones –de hecho Sandra pasa del entusiasmo a la derrota y de la derrota al entusiasmo en multitud de ocasiones- sin caer en la lágrima o la risa fácil. Tampoco son de finales felices o tristes, son de asumir o no asumir lo que a cada uno le ha tocado vivir. Quien lo asume está más cerca de la felicidad que quien no lo hace. Sandra puede asumir que tiene que seguir trabajando con unos compañeros a los que ‘ha obligado’ a renunciar a una buena cantidad de dinero, o puede asumir que está en el paro pero que la vida sigue y que puede encontrar otro trabajo que incluso la llene más. Es lo que tienen las propuestas de Jean-Pierre y Luc: nos hacen ver la parte negativa de lo que podría ser ‘lo positivo’ y la positiva de lo que podría ser ‘lo negativo’. Nos incitan siempre a relativizar…
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 8/10

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