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Estrenos… 'Boyhood' de Richard Linklater

El mayor de los reclamos de Boyhood -son unos cuantos-, es ver la evolución física y mental de un niño llamado Mason a lo largo de 12 años… y consecuentemente también la de un actor: Ellar Coltrane. Pero el compromiso con el experimento de Richard Linklater no ha sido sólo con este chaval que ahora tiene 20 años, sino con todo un equipo que podría haberle dejado tirado en cualquier momento… ninguno de sus miembros lo hizo. Eso es auténtico amor por el cine.
Decía que el mayor reclamo es Coltrane, sin embargo mi atención durante las casi tres horas que dura la película se desvió a otro lugar, el ocupado por la actriz Patricia Arquette que interpreta a la madre de este chico que crece, aunque la que más crece en realidad es ella. De hecho dijo Linklater en una entrevista que había barajado varios nombres para este film, uno de ellos era el de Parenthood, un título que se habría adecuado mejor sin duda al argumento, porque su película deja un final abierto para Mason, pero cierra una etapa vital para su madre, su película no indaga tanto en la infancia como en la paternidad… maternidad en este caso. Los momentos realmente conmovedores los protagoniza esta mujer, ella lleva la auténtica acción. Pero he de añadir que existe un equilibro extraño en el film, si bien el peso de la acción lo lleva esta madre todoterreno, el peso del diálogo cae casi por completo en el padre biológico, el padre ‘ausente’, a quien da vida Ethan Hawke. De su boca salen las frases más ingeniosas, las que te hacen salir mentalmente de la historia para meditar sobre tu propia existencia.
“La película no va de gran cosa, sino de pequeñas cosas”, ha llegado a comentar el propio director, y creo que no hay mejor sinopsis que esta para explicarla. Las secuencias que conforman el film tienen sentido tanto juntas como separadas, podríamos extraer cualquiera de ellas, verla al margen del resto y quedaríamos igualmente atrapados. Son micromomentos con los que todo humano humanista empatiza, momentos que en conjunto adquieren un sentido aun mayor pues forman algo así como una guía espiritual que incluye frases del tipo: “La vida consiste en improvisar”. Una guía, por cierto, que cada uno puede interpretar como le venga en gana, porque Linklater no es precisamente un hombre dogmático, es más bien un espíritu libre…
Y como espíritu libre e independiente se embarcó en este proyecto en 2002 para hacer algo que nadie había hecho antes, por mucho que todos, incluso él, aludan al Antoine Doinel de Truffaut para encontrar la inspiración de Boyhood. Si Jean-Pierre Léaud hubiera querido abandonar a su director en algún momento no habría pasado nada, pues su evolución se plasmó a lo largo de varias películas con su principio y su final, no estaba condensada en un montaje final e único, no estaba supeditada a su fidelidad. Nos habríamos perdido grandes historias, eso sí, pero ese es otro tema. Richard Linklater se la ha jugado y mucho en ese sentido, aunque sí es verdad que, con vistas al futuro, puede que haya encontrado a su Antoine, porque visto lo que le gusta jugar con el paso de tiempo -el real y el fílmico- a este director (véase sin ir más lejos la trilogía de Antes de…), me da que las aventuras de Mason no han hecho más que empezar.
PUNTUACIÓN CRAZYMINDS: 8/10

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