InicioCine – ArchivoEl universo fantástico de Tim Burton habita en el Centro Conde Duque

El universo fantástico de Tim Burton habita en el Centro Conde Duque

La poética visual única y fácilmente reconocible de Tim Burton se muestra esta semana en el Centro Conde Duque de Madrid, donde se instala una exposición sobre Frankenweenie, la nueva película del director estadounidense que se estrenará el próximo 11 de octubre en nuestro país. Tras viajar por toda Europa durante dos meses, estará en el espacio cultural de la capital hasta el sábado 6 de octubre, tras lo que se trasladará al centro de Princesa de El Corte Inglés, donde permanecerá del 8 al 13 de este mes.

El último proyecto cinematográfico del creador se basa en un cortometraje creado por él mismo en 1984 que ahora se convierte en un largometraje de animación en blanco y negro en el que los protagonistas son marionetas articuladas. La historia de Víctor y su perro resucitado, Sparky, conforman el eje argumental de una historia con los tintes tétricos habituales del director.

Tras dirigir una hilarante versión oriental de Hansel y Gretel para Disney Channel en 1982, Tim Burton se metió de lleno en la creación del cortometraje de 25 minutos Frankenweenie, proyecto financiado por el estudio de animación con casi un millón de dólares. Sería más tarde cuando los directivos de Disney se negaron a distribuirlo, censurándolo al considerar que sus imágenes podrían herir sensibilidades. Su distribución estuvo parada durante años, hasta editarse directamente en vídeo en 1992.

Hablamos, sin duda, del gran cuentacuentos del cine actual. Capaz de crear  historias inusuales que no entienden de líneas separatorias entre la vida y la muerte, Burton mezcla las luces y las sombras utilizando siempre una estética propia que permite a sus seguidores reconocer su obra cinematográfica con suma facilidad.

Entre sus mayores influencias destacan las películas del expresionismo alemán, con recursos artísticos como la obsesión por las sombras, las ilustraciones macabras de Edward Gorey y los iconos cadavéricos del pintor inglés Edward Burra.

EXPOSICION FRANKENWEENIE

La escenografía de sus películas, cuidada al mínimo detalle, muestra habitualmente un gran número de líneas curvas que terminan convirtiéndose en espirales, como ocurre con la colina de la masiva Pesadilla antes de Navidad.

Todos los protagonistas de su filmografía son personajes rechazados por la sociedad, oscuros y fuera de lo común, de tez pálida y cabello oscuro. Suelen ser altos y delgados. Los críticos siempre han creído que estos personajes podrían ser símiles al propio director, que ajustaría cuentas así con la infancia y adolescencia infeliz que tuvo.

En la exposición de entrada libre del Centro Conde Duque es posible introducirse en el proceso creativo de la nueva película de stop-motion del director, donde pueden encontrarse un buen número de bocetos, decorados, fotografías y marionetas originales como la del perro Sparky, que permite al público visionar los 300 elementos articulados y 45 empalmes móviles que la componen. Una muestra del merchandising que Disney ha preparado para el lanzamiento de la película y una serie de talleres para los más pequeños completan una muestra para cuyo acceso se forman largas colas, algo por lo que se recomienda acudir sin prisas.

No sorprende que el protagonista de la historia sea un perro, animal que utiliza siempre que puede por ser su favorito y por simbolizar la unión entre lo humano y lo animal. Tampoco es extraña la elección del nombre del amo de Sparky, Víctor, ya que junto a los de Vincent y Edward constituyen una seña de identidad de sus personajes a lo largo de su filmografía.

El universo burtoniano se basa en un excelente diseño visual en detrimento de una coherencia narrativa que en ocasiones queda desplazada a un segundo plano. Mostrando el lado oscuro de la normalidad y la belleza de lo desconocido consigue un tándem siniestro a la par que sorprendente que encandila a millones de personas de todo el mundo que se identifican con su obra.

Muchas de sus historias son cuentos de hadas macabros en las que el personaje siniestro tiene buen corazón y el papel tradicional se convierte en el antagonista de la narración al no comprender la complejidad emocional del anterior. Como también ocurre en Frankenweenie, el blanco y negro constituyen la cromática esencial de su filmografía.

El arte de Tim Burton, poseído por los fantasmas de su infancia, constituye uno de los referentes más importantes del cine contemporáneo. Acercarse a su universo ahora es posible en el centro de Madrid. Nuestro consejo es que no pierdas la oportunidad de hacerlo.

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